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lunes, 19 de octubre de 2009

LA INSATISFACCIÓN CRÓNICA Y EL GOZO

La Insatisfacción Crónica y el Gozo
  Cuando le pregunto a la gente, para escribir mi humilde libro, sobre qué piensa que es la felicidad y si se considera feliz, la mayoría me responde que siente una especie de insatisfacción crónica, una voz taladrando en la cabeza que dice “esto no es suficiente, no me siento pleno, debería pasarme algo importante”. No me satisface nada, necesito conocer mujeres nuevas todo el tiempo para seducirlas, porque al cabo de unos días “ya no estoy enamorado”, necesito conocer hombres nuevos todo el tiempo porque mi pareja no me atiende y necesito sentir cosas nuevas. Necesito permanentemente llenar mi tiempo con el chat, con la televisión, con la compra compulsiva. Con el sexo efímero, con la comida, con nuevos objetos que nunca son suficientes. Necesito más, me dice gente perfectamente sana y con talentos. Todo eso está para darte confort, pero no para hacerte feliz. Lo cierto que esta infelicidad como telón de fondo, es el mal del siglo 21. Personas perfectamente enteras físicamente, con recursos y totalmente abastecidas para cubrir sus necesidades más allá del umbral de la supervivencia, no logran sentir felicidad ni una conexión con la Vida. Esta sensación cuyo contenido es continuo, como una voz en sordina que dice “no me basta esto que está pasando, quiero una emoción más grande, algo más espectacular debe ocurrirme para que yo pueda manifestar contento”, es la voz del yo ilusorio permanentemente insatisfecho y que nunca quiere que tú, consciencia sin pensamiento condicionado (quien eres realmente), experimente la paz y la plenitud del universo. Porque todo lo buscamos fuera de nosotros y esta búsqueda nunca se satisface. Con esa insatisfacción de fondo controlando tu vida, jamás podrás ser un constructor. No podrás construir nada que trascienda. Porque toda tu energía está puesta fuera de ti. Si no soportas la soledad creativa. Si no soportas siquiera pasar un par de horas contigo mismo, sin ruido, sin música, sin el chat. Sólo tú con el universo. No podrás construir. No lo soportas, pero quieres los frutos de un constructor. No pueden llegar esos frutos. No puedes forjar una pareja si no paras de buscar el misterio en lo nuevo. No puedes forjar un proyecto si no tienes la voluntad de dar pasos rutinarios, pero extremadamente importantes para alcanzar un proyecto grande. Un día la mujer que hoy te seduce será algo conocido y transitado. Un día el trabajo que haces hoy te agobiará, pero el problema no está ni en la mujer, ni el nuevo hombre, ni en el trabajo, sino en que has perdido la capacidad de asombrarte con cosas que ahora, al darlas por obvias, parecen insignificantes. Si has estado dos meses postrado en una cama, entonces a los pocos días valorarás caminar de nuevo. Pero al tiempo te olvidarás de agradecer a las piernas que estén ahí y sólo el hecho de tener piernas, que es un hecho extraordinario y suficiente para que un humano se levante eufórico de la cama, no será suficiente para dejar de quejarnos. Si no dejas de buscar compulsivamente la felicidad en “sensaciones nuevas” y no eres capaz de emocionarte hasta la médula con cosas simples, que no son simples en absoluto. Para que tu ojo, que es un mecanismo impresionante de tecnología ingenieril, (si es que eres tan afortunado como para tener visión). Para que tu esa magistral maquinaria que ninguna cámara fotográfica puede igualar, perciba una hoja de un árbol, todo el universo debe expresarse a sí mismo en ese acto que para ti es tan obvio, tan insignificante, tan carente de relación con tu felicidad, que no reparar en él. Sí, todo el universo, con todas sus galaxias, con todos sus cuásares, con todos sus agujeros negros, con todos los adn de cada animal, humano y planta que habita el planeta, debe replegarse a sí mismo para que ocurra ese sencillo acto de que la magnífica máquina de tu cerebro perciba una hoja de un árbol. Todo el universo, porque todo está conectado en un nivel más profundo. Y para que ocurra el hecho “árbol” también debe replegarse todo el universo en una infinidad de procesos magníficos, inconmensurables para la mente convencional, un proceso en el que todo el mundo vegetal se expresa. Este hecho es tremendamente “espectacular”. Observar la infinitud de la Vida, con sus colores y texturas, observar a las personas en la calle, observar las nubes, las montañas, y cada objeto del universo físico. Estos hechos son tremendamente estimulantes si logras percibirlas sin etiquetar con las etiquetas “bueno o malo”. El poder mover las piernas si tienes la fortuna de poseerlas (conozco mucha gente que no las tiene) el sentir como tu cuerpo está vivo mientras caminas por la calle. Todas las fuerzas del universo deben ponerse en marcha para que tú puedas mover el dedo meñique del pie, para que digieras la comida a diario, para que el aire entre y salga por tu aparato circulatorio. No puedo siquiera imaginar hechos más trascendentales e impactantes para un ser humano que estos hechos. Sin embargo el yo ilusorio colectivo dice: bahhh, qué me importa a mí eso, yo no soy feliz y punto. Ese estado totalmente mediocre de la mente colectiva es el autor de esa infelicidad de fondo. Esa infelicidad de fondo es el síntoma de que todavía vives totalmente desde el pequeño yo y no desde la consciencia no condicionada que es tu verdadera realidad. Ese yo, que es una ilusión, quiere que creas que para sentirte contento debe pasarte algo que “no te está pasando ahora mismo”. Cuando lo que “está pasando ahora mismo”, la Vida y tu pertenencia a ella, es lo más impresionante que puede pasarle a un alma con experiencia humana. Pero el pequeño yo, que es infinitamente pequeño, se está quejando. De algo, de alguien, de que no tiene suficiente, de que no es reconocido, de que no pasa “nada”, de que no hay ninguna “novedad”, de que no es querido. Entonces pasas por la vida sin construir ni edificar, porque no eres capaz de estar un rato a solas contigo mismo. Y así, día tras día, la Vida con todo su despliegue, con toda su teatralidad, con todas sus criaturas infinitas y hermosas, con todas sus magistrales matemáticas, es pasada totalmente por alto en una crónica sensación de insatisfacción. Y cuando llega algún suceso que al pobre yo se le antoja:“bueno, esto sí que es bueno, por fin me pasa algo que vale la pena” (una nueva relación íntima, una nueva persona para conquistar, un premio, un suma de dinero, lo que sea), esa sensación de euforia dura muy poco. Al rato o a los días, el pequeño yo ya está otra vez lamentándose y dice “pero si no me pasa nada importante”. Creo que reconoces bien este proceso de la mente. Todo esto es la estructura de la mente egótica condicionada que compone la consciencia colectiva ordinaria, de la que ya está tomando consciencia mucha gente, pero otro grupo está totalmente dormido aún al proceso de despertar a un nivel más alto de consciencia. La exploración total de la consciencia, de la Vida es como ir al colegio, tiene un proceso. Algunas personas tienen despertares espectaculares ante sucesos muy dramáticos de su vida, como una enfermedad o pérdidas muy significativas, como un hijo. Pero no es necesario pasar por estas experiencias “tan teatrales” para ir subiendo de consciencia y dejar en manos de la Inteligencia subyacente a todo, “nuestros asuntos”. El síntoma más evidente de que vas bien encaminado es la acción que proviene de la no preocupación, es decir desde la confianza plena en la Inteligencia de la Vida. Todos buscamos la felicidad en hechos puntuales, que nunca dejan una satisfacción permanente y cuando los hechos son más bien de pérdida de los frutos de estos hechos puntuales (el amante que hace unos días era la salvación, ahora me aburre, el coche que gané se estropeó, el negocio que emprendí e inauguré no va como deseaba, etc) el pequeño yo dice: “Ahh, esto es infelicidad”. En realidad el pequeño yo sólo llama felicidad al placer e infelicidad al cese del placer. Pero el gozo, la plenitud del alma, jamás será hallado en el circuito placer-dolor del ego, al que se le pasa totalmente inadvertida la Vida. Jamás serás feliz dentro de esta rueda de buscar ansiosamente un nuevo placer y sufrir cuando éstos cesan, porque siempre cesan, afortunadamente. Si no cesaran la mente humana adquiriría el estado vegetal, por aburrimiento. ¿Entonces qué es ser feliz? Esta pregunta es muy personal, sólo tú puedes responderla, pero yo creo que es ser consciente del espacio que rodea a las experiencias personales, sin ser abducido por ellas y ser consciente de la Vida y todo su despliegue a nuestro alrededor y que esto “ya sea suficiente” para estar no un poco contento, sino absolutamente contento. Esto no significa la ausencia de grandes metas. Pero el error del yo ilusorio es que para alcanzar grandes metas debes dar pasos gigantes y fantasiosos. Y lo cierto es que nada en la naturaleza hace eso. El árbol no dice mientras es semilla: “odio ser semilla, y vivir en este país, lo que yo quiero en realidad es salir en el programa de Oprah, el lunes mismo, siendo un árbol famoso”. La naturaleza permite que la inteligencia siga su curso con pasos pequeños, pero sumamente importantes en su proceso de florecimiento. Si eres capaz de ver que en este momento está pasando algo increíble en ti y a tu alrededor, estás accediendo al gozo del alma y sólo entonces podemos ser constructores. El verdadero gozo es ese, es permanente, es real, y es la verdadera felicidad. Cristina Bergoglio

domingo, 11 de octubre de 2009

INSPIRACIÓN

Desde que tengo uso de razón la gente siempre me ha preguntado de dónde sale la creatividad, concretamente mi creatividad y si me parece normal que pueda diseñar edificios, escribir, pintar, bailar, cantar y componer canciones, escribir sobre ciencia y medicina y encima tener el tupé de no ser demasiado desagradable a la vista. Me he pasado toda la vida dando explicaciones sobre esto. Mi respuesta es la siguiente: ¡los raros son los otros! Que sean millones no quiere decir que no sean raros. Son millones, pero raros. La creatividad es el estado natural de la mente cuando la mente es natural y pobre en ideas, conceptos, creencias, prejuicios, tendencias, etc. Y todo eso es producto del miedo. Y el miedo es sencillamente la incertidumbre que sientes ante lo desconocido. Y el miedo cesa cuando lo desconocido se torna un aliado y anclarse en lo conocido, es lo peligroso. Toda mente humana es genial si se libra del miedo, cuánto menos miedo tenga, más creativa se vuelve. El humano es el único animal que tiene un miedo que no sirve para la supervivencia, sino el miedo psicológico que es el peor. El miedo con mayúsculas. Sobre el qué pensarán, el qué dirán , el qué pasará si lo intento, mi padre no querrá, mi suegra no me dejará, la sociedad no me deja, el gobierno no me lo permite, mi cuerpo no responderá, qué pensarán los vecinos si intento vivir de lo que me gusta, mi novio se sentirá menos o más, que pasará si dejo este trabajo, etc. Pero si quitas al miedo del ego del medio, lo natural es ser genial e incluso ser atractivo, porque esa ausencia de juicio continuo, de miedo permanente hace a la gente naturalmente atractiva, aunque no posea el canon de belleza pre-establecido. Yo siempre digo: ¡lo siento!, pero yo no soy rara por ser creativa y haberme jugado por mi sueño, lo que implica que dejé oficinas, casas, países, horarios, etc…, el raro eres tú porque no dejas que suceda la genialidad en ti. La genialidad es natural en la gente, en toda la gente, pero está opacada por todo tipo de temores absurdos que vienen de la sociedad, de la familia y de sí mismos. Todos, sin excepción, tenemos una carretera de acceso a la genialidad del universo. La inspiración no existe en absoluto, ya que la mente no debe esforzarse para inspirarse. La mente siempre está inspirada hasta que, la bloqueas con el miedo. Entonces, para ser creativo no tienes que hacer ningún esfuerzo en alcanzar “la creatividad”, porque tu mente naturalmente es absolutamente genial, como lo es la mente de todo en la naturaleza. Todos tus esfuerzos tienen que estar dirigidos a entender porqué tienes miedo, qué es el miedo y cómo erradicarlo.

Cristina Bergoglio.

lunes, 5 de octubre de 2009

LENTITUD

LENTITUD

Cuando comienzas el día, no comienza el día en realidad, sino que pasas de un estado de consciencia onírica (es un estado de realidad tan real como el de vigilia) a otro estado de consciencia onírica, al que llamas “vigilia o estar despierto” en el que no sabes, salvo que ya tengas andadura en el camino espiritual, que es un estado de ensoñación también. Estado que le llamas “vida cotidiana”. Pasas del teatro del sueño que ha sido desarrollado durante la noche, al teatro del día. Pero así como sabes que el teatro de la noche, es “teatro” no sabes que el teatro del día, también es “teatro”. Entonces te dejas guiar por la ansiedad que es la voz más alta del ego. Al empezar el día, estás ante el único momento en que se desarrolló tu vida: el presente. Como hemos investigado juntos, la flecha del tiempo, el tiempo de reloj, es sólo una treta del aparato sensorial para fines prácticos. Sin el tiempo de reloj, seríamos incapaces de hacer nada en el mundo o vida diaria. Es una ilusión pentasensorial que nos sirve para el teatro de la vida. Pero en realidad jamás has estado ni estarás en otro momento que no sea AHORA. Presta atención.

Es decir que cuando inicias el día estás frente a una continuidad que es el Ahora, y ayer y antes de ayer y mañana y pasado mañana son una ilusión, porque siempre iniciaste el día Ahora.

Cuando abres los ojos y comienza el teatro de día, en tu cabeza van a hablar dos voces. El grado de estridencia de cada una de estas dos voces depende de tu grado de consciencia despierta a tu verdadero yo. Una voz es la del ego y otra voz es la del Ser. La mayoría sólo oye la voz del ego al levantarse. ¿Qué dice y cuál es el contenido de la voz del ego? Voz que en algunas personas suena con la estridencia de una discoteca. Dice: “ Juan, o María: DEBES preocuparte”. Por….( esta es la estructura de la ansiedad del ego, agrega tú el contenido, puede ser: mamá está muy mal, los niños no hacen las cosas bien, hoy viene mi suegra, mi novia es una idiota, mi jefe no me valora, mi esposo me engaña seguro, los del banco me quieren robar, mi socio es un egoísta, quieren todo mi dinero, dicen que es culpa mía todo, mi hermana no se entera de nada, los políticos son unos corruptos y no me dan trabajo, jamás me valorarán como artista, no me responde el cuerpo, no me siento guapa, no me funcionan las piernas, nadie contrata a una persona de más de 40, todo está muy mal, debo darme prisa, debo darme prisa) ¿Ya? Respira al menos dos veces con profundidad ¿Ya has reconocido esa voz diaria? Esa es la voz del ego con el que naciste. La voz que escuchas la mayor parte del tiempo. Esa voz: NO ERES TÚ. La otra voz, la del Ser, dice: Juan, María, este momento, el Ahora, es el único que tienes y tendrás. ¿Qué vas a hacer con este momento, esta joya que es lo único que tienes? ¿Convertirlo en un enemigo o en un amigo? Porque es tu decisión, no la de nadie más. Ni es la decisión de tu suegra, ni la del gobierno, ni la de tu novio o novia, ni la de tu jefe, ni mucho menos es la decisión del banco. Ni tampoco es la decisión del teatro que no te contrata como cantante, o la galería de arte que no valora tu arte, o del hospital que no paga bien tus servicios como médico, ni es la decisión de tu marido o de tu esposa o de los enfermeros y médicos que no atienden bien tu enfermedad. No es la decisión de nadie en absoluto fuera de ti que tú estés en paz, es sólo tu decisión.

Tú decides qué hacer con el Ahora. El Ser, la voz menos audible, te propone que hagas del único momento con el que cuentas desde que naciste, al iniciar el día, un canto de agradecimiento por todos tus órganos, aunque te falten algunos, por todos tus bienes sean como sean, por todos los servicios que usas, por todas las personas que hay en tu vida y comparten contigo el teatro de día. Respira. Respira al menos tres veces profundamente mientras lees esto y con cada exhalación dí: Gracias. Gracias. Gracias. Y quédate unos minutos (sí unos minutos, aunque el ego diga: Juan, es que debes ir al banco) y agradece todo lo que puedas que un día más vas a entrar en el teatro de día, y que vas a saborear el color, la textura, los sonidos, todas las formas de vida que la Vida a puesto delante de ti gratis. Entonces haces del Ahora, una rendición a la fuerza más poderosa que ninguna acción frenética del pasado te dio: el poder de la calma y el agradecimiento. No importa cuántas acciones frenéticas hayas tomado en el pasado para lograr alguna que otra cosa en el universo físico, ninguna de ellas ha tenido el poder ni la energía que tiene hacer del Ahora, una calma interior. Entonces, ahora que sabes que la calma es la frecuencia vibratoria más alta que puede alcanzar tu mente para manifestar realidad bella, (la frecuencia de la naturaleza) prométete a ti mismo que cada día, cuando se reinicia el Ahora, como cuando se reinicia el ordenador, harás del Ahora un canto a la tranquilidad y al agradecimiento. Porque nunca estuviste en otro momento que no sea Ahora. Si haces de lo único con lo que cuentas en la vida que es el Ahora, un obstáculo, un medio para llegar a otro momento, un enemigo, el Ahora manifestará eso: obstáculos, complicaciones, enemigos. Y esto lo sabes perfectamente, porque así has vivido casi toda tu vida. Reconoces muy bien este estado.

Respira una vez más. Ya has leído hasta aquí. Gracias por hacerlo, sinceramente, por estar conmigo.

Mira por la ventana. Seguro que hay un árbol. Absorbe su Ahora, su quietud, su lentitud para brillar en este mundo. Tú eres él. No lo ves así, pero eres él. Pídele que te lleve a ese estado de lentitud en el que eres plenamente inteligente, plenamente poderoso, plenamente amado y sostenido. Y sal al teatro de día con esa sensación de paz lograda por el entendimiento, y no por nada exterior, diga lo que diga el ego (dirá que tienes mucho que hacer y mucho de qué preocuparte). Camina por la calle, si tienes piernas, con esa lentitud que tiene la naturaleza. Bendice cada persona, animal o planta que aparezca en tu aparato de percepción. Y sí, ve al banco, ve a hacer tus recados, tus cosas, pero ve con esta recién inaugurada lentitud. Sonríe al del banco, mírale con amabilidad. Si tienes que hacer cola, mira el Ser que brilla en todas las personas de la cola. No bufes con la impaciencia de siempre. Eso ya lo has probado, y no te ha traído más que cortisol (la hormona del estrés) en tu cuerpo. Mira al Ser que brilla en todo lo que aparezca en tu aparato perceptor, quizás seas ciego.Si lees esto, tú sabes cómo mirar con las manos. Funde tu Ser, con el Ser de todo lo que percibas, sean cuales sean tus sentidos predominantes. Y al rato notarás que el Ahora es tu amigo. De pronto pasan cosas hermosas, alguien te ayuda en la calle, alguien te llama, recibes atenciones, o sencillamente nadie te molesta. Porque si tú das al Ahora magia, el Ahora, (tu único tesoro) te dará magia a cambio. Porque tú eres esa magia.

sábado, 3 de octubre de 2009

RESOLUCIÓN DEFINITIVA DEL ESTRÉS

RESOLVER EL ESTRÉS: SÍNTOMA DE CONEXIÓN CON EL CAMPO DE INTELIGENCIA

En todo el planeta sólo existen tres clases de personas: las que no han comenzado su camino de retorno a su naturaleza real, los que lo están haciendo y los que lo han recorrido completamente. Ese camino de retorno o de conocimiento de uno mismo, es lo que se llama: eliminación del ego humano o yo ilusorio. El conocimiento de uno mismo, no es el conocimiento del yo ilusorio y “su vida o su historia” sino saber quiénes somos en realidad, debajo de ese personaje: “yo y mi historia”. El conocimiento de uno mismo, es conocer de primera mano, sin que medie ninguna autoridad externa, la conexión infinita que tenemos con la vida, es decir con la inteligencia que sostiene a toda la vida. El conocimiento de uno mismo no consta de las mil páginas que puede elaborar un psiquiatra sobre tu pasado, tus traumas, tus deseos y temores y tus sueños. Eso es el conocimiento compulsivo del “personaje que crees es tú mismo”; pero no eres tú. Puedes ir a un psiquiatra durante 30 años y salir con una carpeta gigante que diga: Pepe Alvaréz, y sentir que ese expediente gruesísimo de pasado “es tú”. Eso es solo el contenido de la mente personal, lo que se le llama ego o yo ilusorio. Ilusorio porque la mayoría de la gente cree realmente que ese yo es ella. Quien eres de verdad es la Inteligencia total e infinita de la Vida. Podemos llamarle también consciencia, universo o el Ser. No me gusta usar la palabra Dios porque el ego la relaciona con un grupo egótico sectario llamado: religión, pero si no tienes ese concepto, puedes usar la palabra Dios también. De ahora en más le llamaré: Inteligencia.

¿Qué es el estrés? Todas las personas sufren en mayor o menor medida de eso que se denomina estrés. La mayoría piensa que vivir sin estrés es inevitable y que sólo los tontos, los ingenuos y los que “viven fuera de la realidad” viven sin estrés. Pero lo cierto que estrés es un cortocircuito en el flujo de la Inteligencia de la Vida. Lo cierto es que cuando tienes estrés no estás siendo “real”.La mayoría de las personas viven bajo la influencia de su yo ilusorio que es quien padece el estrés. El ego o yo ilusorio te hace creer que vivir con estrés “es ser inteligente”. De hecho cuánto más estrés tengas en la vida, cuánto más conflicto tengas en tus relaciones, o con el medio de subsistencia o trabajo, y con todo en general, la sociedad te pondrá un oropel de “persona inteligente”. Si todo el santo dices “es que estoy muy liado” el estrés es parte de tu vida, y el estrés es síntoma de desconexión con el campo de la Inteligencia, por lo tanto aunque tu ego te convenza que vivir así es ser inteligente (el ego no desea que le abandones jamás) vivir así es vivir estúpidamente. ¿Que la mayoría vive así? Puede ser, pero no todo el mundo quiere ser estúpido, así que hay mucha gente, grandes empresarios mundiales incluso , que ya no viven así. Hay gente que se cansa de ser estúpida. Porque ser estúpido cansa. Es un hecho. Pero mientras no seas consciente que vivir estúpidamente es algo que no deseas, no harás nada por resolver el estrés. De hecho te jactarás ante los demás del estrés que padeces y los demás te aplaudirán. Tener estrés, el rostro joven envejecido pese a ser joven, las arterias taponadas por la mala alimentación, las relaciones en tensión y estar permanentemente conflictuado con alguien y con algo que llamas “este mi problema” todos los santos días, eso está muy bien visto socialmente. Se supone que quien vive así es muy inteligente. ¿Pero esto es realmente así? Si estuviera frente a un auditorio o en una tertulia, ante la última pregunta saltaría todo el mundo: ¡es que tú no entiendes MI problema, porque yo debo mantener a una familia, tengo a mi madre enferma, mi jefe es un cabrón, mi exmarido se llevó a los niños, mi mujer me engaña con otro, tengo esta enfermedad, no puedo trabajar en lo que deseo, vivo en el extranjero, etc, etc! Esas justificaciones del estrés, las he oído a todas. Lo cierto que a quien le pasan todas esas terribles cosas, no es a ti sino a quien crees que eres. Tú eres Inteligencia. La inteligencia que construye toda la vida. Y punto. No existe otro yo real que ese: Inteligencia. Cuando te preguntas ¿qué desea de mí la Inteligencia? En lugar de ¿qué deseo yo de la Inteligencia o de la Vida? El sólo hecho de permitir que la Inteligencia te muestre el camino a través de esa pregunta, es indicativo de que estás siendo inteligente. Lo que tú eres contiene a toda la inteligencia del universo, porque ES toda la inteligencia del Universo. No existes desconectado como un trozo de existencia aparte, abandonado al azar en un universo cruel y aleatorio. Esa es la ilusión pentasensorial del ego, de quien crees que eres, creada para fines prácticos en la vida. Para que puedas experimentar el juego de la vida en una secuencia cronológica, también ilusoria, ya que sólo existe el Ahora, es decir este momento. Las dos ilusiones que componen el estrés son las siguientes:

1- Existo como un fragmento aislado en peligro de extinción y desconectado de todos y de todo

2- Existo como un fragmento aislado en el tiempo, un día empezó yo y otro día, el de mi muerte, morirá yo.

Esta sensación de desconexión con toda la Inteligencia del yo ilusorio, esta sensación de que eres un pedazo de existencia condenado a la entropía y a la desaparición inevitable tiene un síntoma: el estrés.

¿Cómo solucionas el estrés? Si es estrés es la desconexión con el campo de la Inteligencia, el no estrés es entonces la conexión con el campo de la Inteligencia. ¿Y cómo te conectas? Rindiéndote al orden natural del universo en el momento presente, sea lo que sea que esté pasando en este momento, lo que indica en términos cotidianos en que confíes en que eres guiado y provisto por la misma inteligencia que provee al resto de la Naturaleza. Eso es lo que se denomina: el estado de rendición o aceptación total. No riñes con el momento presente contenga la forma que contenga, sencillamente te haces amigo de lo que esté ocurriendo. Y como todo lo externo es reflejo literal de tu estado interior, esta rendición es la calma, la ausencia de estrés interior que es ELEGIBLE en todo momento, que reflejará una realidad externa acorde a esa calma. De repente el universo deja de ser hostil para ti. La gente colabora contigo, aparecen pistas o coincidencias muy significativas a las que prestas atención consciente, encuentras facilidad en todos tus asuntos.

En el estado más externo del mundo del trabajo, esta aceptación, esta calma interna, te lleva a preguntarte: ¿estoy en la tarea en la que plenamente desarrollo mi potencial? ¿Estoy dándole a la Vida todo lo que la Vida espera de mí? Si la respuesta es no, no reaccionas violentamente, sólo emprendes una serie de acciones guiadas por la Inteligencia, que te llevan a otro estado externo de tu labor. O aceptas lo que está pasando en tu trabajo con relajación, o tomas acciones serenas de transformación del entorno o abandono del entorno. Es decir que o hablas con los implicados de tu exceso de estrés, o abandonas ese trabajo. Pero sabiendo que quien sostiene todas esas acciones no es el yo asustado, el ego, sino el Yo, el Ser, la Inteligencia que eres en realidad. Esta rendición interior es la ausencia de estrés, te esté pasando lo que te esté pasando en el mundo de las formas, es decir sean cuales sean tus circunstancias. Hay personas que el corredor de la muerte o en campos de batalla, dónde el nivel de estrés es extremo, han experimentado el estado total de rendición al momento presente y una total presencia de paz, que jamás habían experimentado antes. En ese momento la conexión con la Inteligencia es plena. En cuanto a tu labor en la vida, de la cual obtienes tu subsistencia, el diálogo interno con respecto al dinero y la provisión de recursos, ya sean humanos como jefes o empleados o económicos simplemente, mejora notablemente. Sabes que pase lo que pase, aunque abandones todos tus trabajos previos al que realmente deseas, siempre serás provisto por la Inteligencia que provee a todas las formas de vida. Es decir que esas acciones de transformación de tu vida laboral, que puede implicar abandonar países, empresas, grupos, familias, etc…son acciones conscientes llevadas a cabo sin estrés, desde la paz, es decir que paz es Inteligencia plena. Te sientes abastecido y por lo tanto, esa sensación de plenitud se traduce en patrones externos de realidad más favorables en el mundo del dinero y la realización.Pero debes ser muy consciente de esto: debes buscar tiempo de reloj diario, para preguntarte: qué es lo que he venido a dar a la Vida. Quizás necesites escribirlo, pensar en tus talentos y cualidades si nunca has reparado en ellos, y contestar sinceramente si crees que estás en camino de manifestar ese deseo de la Vida en toda su plenitud. Debes sentirte protegido por la Inteligencia que eres. Desde la Inteligencia, desde la ausencia de estrés,si la respuesta es que NO estás en el sitio que realmente deseas, tomarás acciones de trasformación sin estrés ya sean de aceptación, cambio o abandono. Las tres formas de rendición al momento presente son estas : acepto lo que pasa, cambio sin violencia lo que pasa, o abandono lo que pasa. Lo contrario es la resistencia, y su síntoma habitual es la queja, es decir que pase lo que pase, yo me quejo, pero no tomo ninguna acción transformadora. El estrés es la queja bloqueante, que nada cambia, que no tiene como fin una transformación evolutiva: como pedirle al camarero amablemente que te caliente la comida si está fría. Esa acción, no es queja, es una acción que transforma. Pero si le chillas al camarero, y tiras el plato al suelo, entonces esa acción no viene de la Inteligencia, viene del yo y el yo no es inteligente. En el mundo del trabajo o de las relaciones, si te quejas a diario del estrés que padeces, pero no tomas ninguna de estas tras acciones: aceptación, cambio evolutivo o abandono, entonces sólo conseguirás que el momento presente que es el único que existe( al que has convertido en un enemigo), se muestre como tú lo has elegido: como un enemigo. Se puede vencer la ilusión del estrés, si eliminas las ilusiones del ego:

1- Soy UNO con la Inteligencia y soy todo el campo de la Inteligencia

2- El tiempo es una ilusión de la mente, sólo existe el Ahora y sólo puedo vencer el estrés no resistiéndome a lo que está pasando Ahora, con estas tres acciones: aceptación total y ecuánime de la sotuación, cambio o transformación de la situación a través de acciones ecuánimes (hablar con personas, mediando u observando alguna disfunción pero sin quejarte) o abandono de la situación (marcharte de la relación, del trabajo, del escenario del "hecho" que implica estrés). Estas tres acciones están por encima de las reacciones previsibles de "lucha o huída" del ego en peligro, que son necesarias para la supervivencia física. Si te persigue un tigre, o luchas contra el tigre,o huyes del tigre. No tienes más opciones. También puedes aceptar que el tigre esté ahí y te olfatee, lo cual es la aceptación en calma que puede hacer que la situación de estrés extremo cambie, si ves que huír no es buena opción. Pero en la vida diaria, tienes que apartarte como forma de estrés para que opere la Inteligencia Infinita. Eso es términos prácticos indica que dejas de preocuparte internamente y que comienzas a ocuparte externamente a través de aceptación de lo que "está pasando en el presente" con las tres acciones mencionadas.

jueves, 1 de octubre de 2009

ESAS PERSONAS TIENEN MI DINERO

He creado esta conversación hipotética entre dos personas, una despertando y otra ya despierta ya que son muchas las preguntas que nos hacemos en esta época en la que a todo el mundo le encanta hablar de la crisis, con un placer casi extático y sensual.

Cómo es el momento en que te liberas?

En mi caso en particular, llevo muchos años de proceso de auto-conocimiento, pero sinceramente todos esos años he tenido muy pocas vislumbres de la paz. Sencillamente aprendí muchas cosas sobre el funcionamiento de la mente, pero yo no estaba en paz. Hace poco lo experimenté. Decidí dejar de tener una historia personal. Me cansé de mí misma. Del concepto “mí misma con su historia personal”. Hace unos meses, porque el cambio lo experimenté hace unos meses, decidí que ya no habría Cris y su historia.

Pero eso significa que ya no tienes vida, o relaciones personales o un trabajo?

No significa que esté en casa sin hacer nada ni que no vea gente. Al contrario, un día vi que iba al estudio a pintar mis cuadros sin importarme si los iba a vender o no, o si los iba a exponer o no y que mis relaciones mejoraron, la gente me sonríe por la calle incluso. Tampoco llegó a importarme si los pintaba o no. Noté que sólo deseaba ser instrumento de una inteligencia más grande que la mía, que la que tengo intelectualmente. Noté que esa inteligencia limitada, me había traído muchas gratificaciones, pero también mucho dolor. Hace unos días noté que cuando estaba pintando un cuadro, yo no estaba allí. Estaba ausente como un personaje con una historia personal, con sus conflictos en las relaciones y con el dinero. Noté que cuando pinto o escribo, desaparezco. Y eso me hizo recordad un film que es mi favorito: Billy Elliot. Cuando el tribunal de danza le pregunta qué siente cuando baila, él responde: “es como si desapareciera”. Esa es la cumbre de lo que puedas aprender en esta vida: desaparecer como un sujeto siempre conflictuado con su historia personal.

Pero todos tenemos “una historia personal, una familia, unos problemas y unas responsabilidales”. Qué hacer con eso, la gente no entiende si dices que te desentiendes de todo eso que se supone es “la vida”.

Para mí eso ha dejado de ser la Vida, eso es sencillamente los diferentes papeles que he ocupado durante toda mi vida: la mujer herida por un hombre, la artista preocupada por el dinero, la madre no realizada o sí realizada, la vecina, la esposa, la cuñada, la hija. Ya no me identifico con ninguno de esos roles y he notado que mis relaciones con todas esas personas que componen la otra parte del rol, ha mejorado. La Vida no es tu historia personal y tus permanentes angustias. Tú eres la Vida y la Vida está más profundamente arraigada a tu historia y sus personajes. Cuando logras ver la Vida debajo de tu historia y la Vida debajo de las historias de todas las personas, haces una gran transformación en la sociedad. Antes de eso, puede que transformes algo, pero a través del miedo, lo cual no tiene poder.

Y entonces las metas externas, el éxito, la fama, las ansias de hacer algo grande dónde quedan?

Ninguna empresa grande se hace pasos grandes, sino ínfimos, pequeños. Se trata de ver la grandeza en el sólo hecho de estar vivo, de observar la magnificencia de cosas que la mente considera pequeñas: la gente en las calles, los colores, las formas, el movimiento. Todo eso es grandeza, pero la mente considera que sólo estarás haciendo algo grande cuando tengas una historia personal que salga en más de mil páginas en google. Sin embargo tienes derecho a esa grandeza, es tu derecho manifestarte de manera que sobrepase los límites de la supervivencia. Sólo que esta grandeza es sólo real cuando logres emocionarte con lo que esté pasando en el momento, con todas su formas de vida y entonces las acciones que vengan de esa plenitud, serán correctas. Harás todo de un modo que al resto del mundo le sorprenderá por tu falta de estrés, pero tú sencillamente estás tranquilo. No te dejas subyugar por tu historia personal. Entonces sentirás que es más importante ayudar a otros a alcanzar la paz que estar todo el santo día dándole vueltas a tu drama personal, con sus maridos, hijos, empleados, cuñadas, suegras, jefes, etc…o la agustia de no tener todo eso, si estás sin pareja, o desempleado.

¿Pero si hablas de plenitud en esta época de crisis, la gente pensará que estás loco?

La locura es esta tremenda separación de la vida y la abundancia que todos hemos acordado ejercer. Por supuesto yo escucho a todas las personas cuando me cuentan su historia personal con sus crisis y yo las tengo también, pero siento que ya no ayudo si apoyo la posición de víctima que le encanta al ego de todos nosotros. A veces sólo escucho y luego sonrío y doy un abrazo. Siento que no tengo nada que comentar sobre esa historia, porque sé que pasará. Pero si yo estoy en paz, esa persona lo notará y entonces sí le estoy ayudando, en lugar de decirle: “sí, tu jefe es un cabrón, deberíamos matarle” que es lo mismo que decir “pasa de él”. Por supuesto cuando te desligas de tu historia personal, la gente que está tan subyugada por la propia siente un rechazo hacia ti. Siente que no entiendes sus problemas, que eres indiferente, que no la estás amando. Pero lo cierto es que siento que antes no amaba y ahora sí.

Pero sólo podemos hacernos responsables de nuestra paz interna. No puedes llevar paz a otros si tú no estás en paz. Hace poco me puse a estudiar la naturaleza holográfica del universo. Estudié profundamente, con muchos libros, más de 150. Luego pensé que me volvería loca con tanta información o que me haría mal leer tanto, ya que no tengo problemas en la vista y que la gente dejaría de amarme si me volvía muy inteligente. Pero sí aprendí algo: el universo es un holograma a todo nivel, eso significa que tu cambio interno afecta a una proporción de 1 a 100 la sociedad. Un momento tuyo de paz interna, de absoluta calma y aceptación con lo que te esté pasando afecta a 100 personas aunque tú no lo veas. Tu campo energético (eres un campo energético, no es que lo tengas) puede modificar a 100 personas cercanas o no. Puedes alterar la consciencia de alguien que está a miles de kilómetros, si piensas en esa persona cuando estás en calma. La calma es radical. Sólo eres tú mismo cuando estás en calma.

Ahora intento que esa calma afecte mis cuadros para que los espacios arquitectónicos que los reciban, tengan esa energía. Busco que los espectadores de mis obras, alcancen un poquito de calma si miran la obra y que la obra en sí misma modifique el entorno que la recibe. Pero eso sólo puede ocurrir si yo estoy tranquila cuando pinto. He comenzado a entender que es mi responsabilidad pintar en calma. Pero es verdad que parte de esa calma es despreocuparme si los venderé o no. He notado que las obras pintadas en mi estudio de Argentina, en perfecta comunión con la naturaleza de allí, se han vendido inmediatamente al llegar a Madrid, pese a ir doblados en la maleta. Obras grandes. Digamos que en síntesis: todo es relativo, reírse de uno mismo es muy poderoso, de hecho el acto más inteligente que puedes hacer en esta vida es reírte de ti mismo y de tu historia, como cuando vas al teatro y te mueres de risa por todas las vicisitudes que le están pasando al actor. Pues, eso es desligarte de tu historia personal: te ríes de ti y de tus dramas. A la media hora experimentarás otro patrón de realidad, o la realidad que estés experimentando ya no te parecerá hostil. Enviar amor al mundo, luego de salirte de tu drama, es muy poderoso también. Mientras vas por la calle, te pones a radiar amor en lugar de pensar “Pepito debería haberme llamado ya” o le radias amor a Pepito. Yo elijo cada día un sector de la población que lo tenga chungo, personas con tretra-plegía o personas muy desprovistas. Verás que pensar en esas personas en lugar de “los del banco me quieren embaucar una vez más”, unos cinco minutos al día, te libera de tu historia personal. Hace poco visité mi país natal y escuché atentamente los comentarios de la gente y de mi algunos miembros de mi familia especialmente. En todos había una pauta común: nadie quería hacerse responsable de su entendimiento de la vida, sobre todo en lo que respecta al diálogo interno con el dinero. Toda la conversación versaba sobre como “los otros son unos cabrones que no me dan el dinero que yo necesito”. Conozco gente que todo su paso por la vida es así y será así: “los otros no me dan el puto dinero que yo necesito”. Toda su vida, todo su pensamiento está entintando de este conflicto con la subsistencia. Personas muy cercanas a mí viven de ese modo. Son personas sumamente inteligentes y me llama poderosamente la atención que no puedan elevar la mirada para buscar una comprensión más “real” sobre su relación con el dinero que no sea la limitada visión de “los políticos de este país son unos corruptos, todo es una mierda, es decir: los otros son unos cabrones que no me dan el dinero, y yo tengo una familia, y yo tengo muchas responsabilidades”. No comprendo que pasa en esas mentes que intelectualmente luego son bastantes destacables, como para no al menos sospechar que quizás, su estado mental es el que atrae esas circunstancias. Yo no soy demasiado inteligente, pero cuando hace unos años alguien me dijo que toda mi vida era resultado de mi mente, me pareció lleno de sentido ese concepto. No tuve que elaborarlo mucho, lo pillé enseguida. Pero me he preguntado muchas veces, cómo personas mucho más inteligentes que yo no pueden siquiera aceptar levemente que los que les ocurre en la vida, incluida su relación con el dinero, depende de ellos. Necesitan a alguien “algún cabrón externo las 24 hs del día a quien culpar”. ¿Qué está pasándole a esa mente? Sencillamente no desea eliminar el condicionamiento. Se volvió adicta al condicionamiento de la sociedad, de lo que la sociedad llama “realidad”. Y como no desea abandonarlo, no hará ninguna acción para aprender a vivir de otro modo. No tomará ninguna acción nueva que contraste con el condicionamiento extremo de la sociedad. Sólo desea decir “es que tú no entiendes porque vives en Europa, pero estos cabrones quieren llevarse mi dinero y morirá diciendo eso, en su tumba dirá “ El cabrón de mi socio quiso llevarse mi dinero”. Esa persona será nada en ese momento, polvo apenas, pero en su tumba dirá: “todo lo que he aprendido en la vida es que el cabrón de mi socio quiere llevarme mi dinero” Pero aquí en Europa la gente me dice lo mismo: “es que tú no me entiendes, ese cabrón que es mi jefe, quiere llevarse mi dinero y mira la crisis que hay, ES una realidad” . La gente exuda serotonina al granel cuando dice “la crisis es una realidad”, se le nota el placer en la cara, lo dicen con una tremenda gallardía, porque al ego le encanta que tú no tengas que hacerte cargo de tu relación interna con el dinero. El ego no quiere que tú, consciencia en abundancia, quien eres de verdad, conozcas tu verdadera plenitud. Si se pudiese monitorizar el cerebro de una persona cuando tiene un orgasmo y el cerebro de otra cuando dice “la crisis es una realidad y yo estoy en paro por culpa de esos putos cabrones” veríamos que las zonas que se encienden del cerebro con respecto al centro del placer son las mismas. En ambos cerebros está actuando una fuerte reacción química que produce placer. En el primer caso: el orgasmo, la persona es consciente de su fuente de placer. En el segundo caso, la persona que no se hace responsable de su situación de carencia, no es consciente. Pero el placer del condicionamiento, del ego aireado y enfadado con “esos putos cabrones” no es duradero y no es un placer que podamos llamarle felicidad. Es sólo una reacción del ego ciego. Una frase que me encanta es: “ No se puede solucionar nada en el mismo nivel de consciencia que creó el problema”. He comprendido que nada se puede hacer si alguien no desea ver la vida con otro enfoque. Sólo respetar esa posición, esa limitada percepción de la Vida le pertenece a esa persona. Tú sólo puedes estar en paz y confiar en la abundancia.