La otredad y el océano.
Piensa en un momento en el océano. El océano como entidad material es la representación más cercana a tu identidad real. Imagínate frente al océano. Es un todo, una masa inmensa de agua en la superficie con una vida impresionante dentro. De pronto ves olas en la superficie. Cada ola es distinta y jamás se repite. Cada ola “parece tener una identidad”, cada ola parece distinta de las otras olas y distinta del océano. ¿a que sí? Mientras miras el océano tienes a veces la sensación de que cada ola es distinta al océano, como una entidad separada. Imagina que una de esas olas, que es sólo una “fluctuación” en la totalidad de la masa de agua tuviera voz humana y dijera en voz alta: “¡yo soy una ola independiente del resto del océano!”. A que si presenciaras dicho acto egótico de la ola, te parecería que la ola se está “equivocando en su percepción” de sí misma. Si pudieras hablar con esa ola siempre cambiante, no irías a decirle: oye ola, bonita, eres muy bella pero desde fuera, desde la playa, yo no veo que tú seas algo “separado” del resto del océano. Más bien todo lo contrario, yo como humano lo que veo desde esta perspectiva más lejana de ti, es que incluso llamarte “tú” es una ilusión que tienes. Me parece ola que estás bastante engañada en tu percepción, como humano que te observa desde la playa creo que eres lo mismo que el océano, solo que esa fluctuación de agua que eres “parece” que eres otra cosa distinta del resto de las olas y del resto del océano. Bueno, no sé, como humano con una perspectiva “más alta” de ti, creo que tu mente de ola está confundida. Confundes que sólo eres una “fluctuación” de la misma agua, con que eres algo “distinto” del agua. ¿Comprendes ola lo que “yo” como humano quiero enseñarte?: No deberías sentir jamás que te va a faltar “agua” ni que no eres “agua”. Vamos desde mi postura humana, está más que claro. Además he observado ola, que jamás eres la misma todo el tiempo. Quizás tú te veas como una ola “petrificada”, pero lo que “yo” como humano puedo observar es que tus fluctuaciones de agua que eres, siempre son distintas. Eso significa que nunca eres “la misma ola”, por lo tanto ola, si “yo” fuera tú no me haría problemas por tu pasado de ola ¡si nunca eres la misma fluctuación de agua! ¿Cómo vas a preocuparte por lo que has hecho o harás como ola, si nunca eres la misma? Vamos, que “yo” como humano observo la tontería de tu mente al preocuparte por la “ola que fuiste y sus problemas, o por la ola que serás y sus problemas” si “yo” como humano observo que a cada instante eres “una ola nueva”. Vamos, ola me parece una tremenda ilusión de tu mente que te preocupes por estas cosas del pasado y del futuro y que incluso te sientas que eres otra cosa que el resto de las olas, cuando me hablas de tus conflictos “con las otras olas” ¡qué tontería ola, verte distinta de las otras olas! Y también debo decirte que me hables de que sientes carencia de agua y de amor de parte de otras olas y del océano, es una ridiculez mental inaudita para mí, que como humano te observo desde la playa. ¿Cómo va a faltarte agua si eres agua? ¿y cómo va a faltarte amor de otras olas si no existen otras olas? ¿No ves que tú eres la misma agua, pero te parece que existe “esa otredad”? Es que vives bajo una ilusión ola, que “yo” como humano desde fuera de ti te observa con cariño.
La ola se queda pensativa un rato y le dice al humano: “lo mismo pienso de ti, estás bajo la ilusión de la “otredad”. De que eres distinto a otros y a tu fuente de vida, que no debes preocuparte porque eres la fuente de vida, que si construyes cercos eléctricos en tu cada es porque vives bajo la ilusión de la “otredad”. Que si sientes carencia y falta de amor, es porque estás bajo la ilusión de la “otredad”. Ambos , tú como fluctuación de la totalidad que eres, como una arruga cuántica que eres del todo y yo como lo mismo, estamos muy ilusionados. ¡QUÉ BUENO DESCUBRIRLO HUMANO! El miedo que sentimos es porque creemos en que existe “esa otredad” y de ese sentimiento nacen todas nuestras acciones y reacciones en la vida, y ésta “realidad” no es real. Es ilusoria. Y entonces el hombre entró en el mar y el mar entró en el hombre en un profundo abrazo de entendimiento.