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lunes, 19 de diciembre de 2011

EL HARTAZGO SAGRADO


EL HARTAZGO SAGRADO
El día que se acaba el miedo es el día en que se acaba la sensación de estar separado de lo que uno es en realidad. Se acaba el miedo a la lejanía del dinero, el miedo a la lejanía del amor, el miedo a la lejanía de la amistad, de los recursos, del éxito,  de la salud, del cobijo. El día que se acaba el miedo es cuando ya no ves  ni te aferras a  ninguna excusa en ninguna parte de ti mismo para insistir  e insistir en el temor diario. Cuando ya te has hartado hasta el infinito cansancio de temer no ser abastecido, no amado,  o ser herido, de ver enemigos en todas partes y en toda situación,  ese hartazgo es un hartazgo sagrado.  Cuando ese hartazgo está bien consolidado, cuando es ya insostenible la extenuación en la que te deja  diariamente el miedo,  cuando ya has llevado muchas décadas cuyas jornadas se construían en base al temor, es cuando tomas la sagrada decisión: abandonar todo temor como cuando uno se quita un vestido viejo y raído, ya demasiado usado, ya demasiado lucido. El miedo no es algo que debe dejar de ocurrirte azarosamente porque las cosas van bien, el miedo es algo que debes elegir abandonar cuanto estás lo suficientemente harto de vivir bajo sus garras. Pero tienes que estar tan, pero tan harto de vivir temiéndolo todo. Tienes que estar tan profundamente cansado de temer todos los días por no tener  esto o aquello, que hasta que este hartazgo no se convierte en algo sagrado, seguirás temiendo. Y todos los días reinaugurarás un aparente nuevo temor que no es más que ese vestido viejo deslucido que se muestra novedoso. Pero no, es el mismo miedo de siempre. El miedo a estar separado de quien realmente eres. Solo estar harto de sufrir por todo puede ser una puerta a la felicidad que ya eres desde antes de nacer. Pero tienes como todos el humano derecho de seguir eligiendo todos los días el miedo. ¿Hasta cuándo? Hasta que tú lo decidas. El miedo es algo que hay que decidir dejar, algo que hay que erradicar, no es algo que se pasa cuando los hechos cambian. No es una reacción, es una decisión basada en la memoria.  El miedo es una decisión siempre. Y dejar de temer es otra decisión.  La felicidad no es más que la piedra que queda cuando se han quitado los sobrantes del miedo. El miedo puede dejarse para siempre. Sí. Pero la mayoría de nosotros necesitamos un proceso. En ese proceso se entra y se sale del miedo muchas veces en el día. La persona que ha tomado la decisión de hacerse amigo del momento presente, pase lo que pase en el mismo, es decir que acepta con paz lo que “está pasando” y toma decisiones desde ese estado de aceptación pacífica, ha erradicado para siempre el miedo. Podrá fluir con los acontecimientos, sean estos cuales sean, sin juzgarlos como “buenos o malos” y de esta aceptación nacerán respuestas sumamente eficaces y no reactivas, ya sean que impliquen acción o no.  

martes, 13 de diciembre de 2011

EN EL HOSPITAL


Cualquier situación dolorosa que experimentes ahora está ahí para señalarte tu libertad. Cualquier tipo de contraste que estés experimentando, falta de salud, de dinero, de buenas relaciones está ahí para algo. No es fortuita esa aparente carencia. Ese contraste existe para que descubras la parte de ti que es infinita e inmortal, tu yo invisible, del que nace toda la experiencia. Si en este momento experimentas algún tipo de hostilidad en el cuerpo o en tu mundo, eso no es obra del destino, no es obra de ningún Dios maligno, no es obra de la fortuna. Es obra de tu propio pensamiento. Tu mundo actual es obra de tu propio pensamiento. Estás aquí para pasar de un estado espiritual de inconsciencia, de reacción por todo para pasar a un estado de total comprensión de porque te pasa lo que te pasa en el mundo de la experiencia. Hasta que no estés absolutamente cómodo con todo lo que te pasa, tu trabajo espiritual continuará experimentando dolor y sufrimiento que tú mismo te produces sin darte cuenta. Todo tu sufrimiento está mucho más exagerado que la situación que lo produce, es casi en un 99 por ciento pensamiento estresante alrededor de “la situación” que ocupa quizás menos del 1 por ciento. “Tengo cinco euros en la cuenta bancaria” es el “hecho”. “Estoy arruinado y en bancarrota y toda mi vida se derrumba” es un pensamiento estresante alrededor de la situación que no es ni buena ni mala, es neutra. Todo lo que pasa siempre es la Vida Perfecta. Te guste o no, lo entiendas o no, jamás pasa nada “malo”, es lo que es. Es lo que tiene que pasar para que evoluciones internamente y una vida sin evolución interna jamás florece. Es como un botón de rosa que jamás se abre. "Estoy en el hospital y eso es malo" ¿Es totalmente cierto eso? ¿Lo has indagado realmente? La Vida siempre es neutra y siempre es perfecta. Estar en el hospital no es peor que no estar en el hospital. No es la primera situación mala y la segunda buena. Esas divisiones solo las hace la mente. Es lo que te tiene que pasar ahora para experimentar tu propio florecimiento. Estar en el hospital muchas veces , una vez por cáncer, fue una de las mejores cosas que me han pasado hace algunos años. Aprendí a sanar muy rápidamente de una cirugía muy grande y pude hacer una práctica de cómo restablecerse de una gran cirugía en dos semanas en lugar de seis meses como me dijeron los médicos. También experimenté mucho amor de muchísimas personas, más de las que creía y aprendí a rebajar el dolor solo con visualizaciones. Me divorcié entre otras cosas porque el dolor físico que experimenté con una lesión me llevaba a quejarme casi todo el día y a ir a urgencias hospitalarias una vez por la mañana y otra por la tarde. Luego aprendí a dejar de ser una persona quejica y a controlar el dolor con ejercicio y calmantes, luego ya aprendí a no tener dolor y a viajar con cualquier persona no solo no siendo quejica, sino siendo la que menos se queja en el viaje. Tuve que pasar por esas situaciones aparentemente “malas” para poder enseñar a otras personas a hacer lo mismo. Y enseñar a otras personas a curarse a sí mismas y a no quejarse (cuando antes era todo quejas) es la mejor experiencia que tenido hasta ahora, más allá de los premios y de las relaciones románticas. Entonces ¿fue malo estar en el hospital? No, no solo no fue malo sino que me llenó de gratitud y de propósito. Nada de lo que nos pasa en la vida es inoportuno, malo o inconveniente. Es siempre perfecto. Nosotros mismos nos creamos esa experiencia a veces incómoda, pero no “mala” para aprender lecciones espirituales que de otro modo no aprenderíamos. Si somos personas muy poco profundas para vivir y solo vivimos en la superficie, si no nos interesa tener un propósito trascendente, como todos tenemos latente en nuestro corazón es probable que experimentemos algún tipo de pérdida más importante de lo “normal”. Esa pérdida, ese inconveniente no están ahí para fustigarnos. Es exactamente lo que necesitamos experimentar para ser más nosotros mismos, más bellos como criaturas espirituales y humanas, más expresivos en nuestra grandeza primigenia. Si somos muy tendientes a victimizarnos por todo, es probable que también nos generemos algún tipo importante de frustración para poder recuperar nuestro poder. Nosotros creamos nuestro mundo con nuestra actitud. ¿Quién dijo que es obligatorio tener dos piernas para ser feliz? Probablemente tú solo necesitas Quién dijo que hay que es obligatorio ser madre biológica para realizarse? Yo no tengo útero y sin embargo hago de mamá de muchas mujeres a las que puedo ayudar a amarse a sí mismas y a los demás. Solo un hijo no me daría jamás esa experiencia de ser testigo de una mujer que es maltratada y pasa a ser una mujer poderosa. ¿Quién dijo que no tener novio es motivo de falta de amor? La madre Teresa de Calcuta era una mujer que daba y recibía amor a chorros y movía cantidades de dinero impresionantes sin ella necesitar demasiado. Pero era rica. Si solo tienes brazos, más no piernas….va contra la estadística sí, pero eres perfecto igual. Es lo que necesitas para expresar el amor infinito que eres. Si ahora pasas una situación menos que deseable, no eres el único. Solo que te estarás fijando en los que no están como tú y compadeciéndote. Por supuesto no estás pensando en todos los que sí están como tú en estos momentos o peor. No estás mal, solo estás perfecto. Estás incómodo porque no ves aún el diamante está guardado en esta situación. Cuando descubras el diamante oculto debajo de cualquier situación no placentera, te llenarás de propósito y no considerarás jamás “mala” una situación, serás un láser hallando oportunidades dónde otros solo encuentran quejidos. Y descubrirás que casi el 95 por ciento de tu pensamiento con respecto a la situación es añadido por el estrés. Estás en el hospital,vale. Pero no digas que estás “sin tu vida”, solo estás en un hospital experimentando tu grandeza. Estás ahí quizás para ayudar a otras personas a estar mejor. No es casual que estés al lado de ese enfermo y próximo a aquel otro. Quizás tu palabra les ayude. Ahora si solo te centras en ti y en tu dolor, pues no podrás ayudar ni ver la maravilla de lo que te está pasando. Si solo hablas de tu dolor y de lo mal que estás no podrás mejorar. Está bien sentirse triste, dolorido, aburrido, cansado….eso es humano. Pero solo un rato en el día, luego ya puedes remontar y ayudarte y ayudar. Date una hora al  día para quejarte mucho y sentirte francamente mal. Tienes derecho al berrinche, a estar enfadado. Pero luego colabora con tu sanación centrándote en todo lo divertido que puedes hallar en el hospital. A mí me encantaba la peluquería móvil. Le pedía a la peluquera que me hiciera peinados y luego salía al pasillo a mostrar el peinado nuevo a los otros pacientes. ¿Tienes mal aspecto? No, solo tienes un aspecto distinto al que conoces. Es bueno de vez en cuando no vernos tan guapos, para poder darnos cuenta que toda forma externa es siempre susceptible de cambio, pero darte cuenta de tu belleza real, del Ser que eres, hará que tu aspecto externo se acople y mejore rápidamente. Si ahora estás hospitalizado no es una situación mala, no estás fuera de juego, estás en pleno juego, en plena forma vital. De tu actitud allí se decantarán muchas cosas en tu futuro. No malgastes esa experiencia negándola, diciendo a todo el mundo que deseas salir de allí sino que aprovecha las visitas, conocer a otros enfermos y sus vidas, a las enfermeras para descubrir que puedes ser un ser útil a otros. Quizás un día fundes un hospital y sea lo mejor que te ha pasado en la vida. Quizás seas importante en la vida de tu médico.

Cuando salgas del hospital recuerda que no viviste “una mala racha” ni un “mal momento. Viviste una bellísima oportunidad de crecimiento. Saluda a los árboles y a los pájaros y diles “disculpad, antes no reparaba en vosotros”. Pide perdón a alguien que merece que le pidas perdón y que quizás no ves en años. Saluda al sol. Saluda a la gente en la calle. Sé más grande que antes de entrar en el hospital. Más sereno, más dadivoso, más sabio. Enseña a tus amigos a no preocuparse por nimiedades. Escribe un libro si es necesario. Conozco mucha gente que se ha curado de enfermedades muy serias y ha comentado toda esta transformación en un libro. Pero si haces de esta experiencia un motivo de autocompasión, de cerramiento, de dolor y de negación, saldrás más oscuro que en lugar de más luminoso.

Muchas personas en el planeta no tienen paciencia ni ninguna experiencia con la paciencia. Una gran virtud del espíritu. Esas personas suelen tener que vivir una rehabilitación para aprender justamente el enorme poder de la paciencia. Quieren todo rápido, son como niños a los que siempre se les está negando el juguete, entonces ellos mismos se generan una rehabilitación para aprender a ir poco a poco, celebrando cada pasito diario…cuando logran ser pacientes, la recuperación se da velozmente. Todo lo que aprendemos una vez, luego ya no es necesario volverlo a experimentar.

El dolor es solo dolor hasta que se lo entiende. Es solo resistencia. El dolor físico puede calmarse cuando se calma el dolor interno. Si en este momento tienes muchos dolor físico, puedes practicar esto: vive con intensidad el dolor, no reprimas las lágrimas y amígate a ese dolor.... piensa en un árbol, sí aunque te duela mucho, y pídele que te calme. Amigarse al dolor lo transforma. Amigarte a lo que te esté pasando es la única manera de transformarlo. Negarlo, diciendo a todo el mundo que tuviste mala suerte, es seguir recreándote en el dolor y no aprender la lección. No te fijes con envidia en los que están fuera del hospital, ellos también tienen sus retos. Todo el mundo, todo el mundo se crea retos espirituales para ser el humano que está destinado a ser. Así que no sientas envidia por la gente que ves a través de la ventana. Si alguien me ve en la calle jamás imagina que estuve en el hospital muchas veces. Y desde el hospital, quizás me envidie. Eso lo hace la mente egotista, pensando solo en el yo y su historia. Si eres una persona que quiere estar en tres sitios a la vez, con diez personas a la vez y todo a mil por hora, es probable que te generes a ti mismo un parón vital para aprender a priorizar cosas y a disfrutarlas. No estás estancado, no estás parado, no estás fuera de tu vida, estás experimentando tu grandeza a través de una experiencia más: estar en el hospital en lugar de estar en la calle. Serás mejor humano, más hermoso, más encaminados tus dones y talentos, más lleno de dirección y propósito cuando salgas, menos superficial, más generoso, más profundo, más agradecido, más magnético, menos mediocre como la mayoría que se queja todo el día de todo. Todo el mundo, todo el mundo viene a florecer y a brindar sus talentos a los demás, esta experiencia del hospital es un lujo que suelen experimentar los más talentosos.

Yo volvería a tener cáncer y a pasar por todo lo que pasé porque eso me hizo alguien que ha dejado la queja compulsa y pule a diario su talento. He descubierto en el servicio un placer que no me ha dado ni el sexo, ni el éxito ni los viajes, aún así disfruto de todas esas cosas. Y he aprendido a manejar mi enfermedad y dialogar con ella, para saber qué me quiere decir el cuerpo cuando se pone enfermo. Me curo más rápido que antes, cuando escucho los mensajes de mi cuerpo.

Estar en un hospital es una de las experiencias más enriquecedoras que un humano puede tener si saber ver el oro debajo de las cenizas.

No te quejes con tus visitas. Halágales. Ofrece tu ayuda, un piropo, una atención y verás cómo te curas más rápido. Has de cada rehabilitación una celebración. Cada avance es una celebración. Estás ahí para brillar como ser espiritual  con experiencia humana que es lo que uno es finalmente. Todos venimos a mejorar. Todos venimos a dejar de ver enemigos dónde no los hay. Los enemigos siempre están en nuestra mente. “Ahí fuera” solo hay un montón de átomos que crean formas, algunas formas son personas, otras son animales, otros son cosas, pero no dejan de ser partículas neutras. Nosotros somos los que interpretamos las experiencias como buenas o malas. Todas son neutras. Una persona consciente ve el paraíso en el infierno. Un hospital es finalmente una fiesta a la que fuiste invitado para salir como un humano mejorado. No es una situación hostil. Todo es una fiesta. Puede que no estés cómodo como en una suite en París, pero conozco personas que hacen de su vida un infierno aún estando en una suite en París. Y otros que hacen de su vida un paraíso aún estando en un hospital. La vida siempre es benigna cuando hacemos del momento presente nuestro amigo. Si decides que el momento presente es tu amigo, da igual dónde estés. Ya no hay enemigos, ya no hay hostilidad. Un hospital es un paraíso como cualquier otro sitio. Porque todo sitio se puede convertir en un paraíso si limpiamos las ventanas de la percepción de lo que llamamos “realidad”. Siempre la vida está de nuestra parte. Siempre ha sido así. Jamás tuvimos un solo problema. Solo retos que llamamos problemas porque eso nos enseñaron a ver: en cada reto algo ilusorio que llamamos "un problema". Solo existe un "problema" cuando discutimos con la realidad. La realidad subyacente a todo problema es paz. Siempre fuimos, somos y seremos paz.




lunes, 28 de noviembre de 2011

MUERE A CADA INSTANTE


Muere a cada instante al pasado. Ese pasado es  solo una idea pasando ahora por tu mente



Muere al dolor de lo que te hicieron, solo hacían lo que sabían. Ese dolor es solo una idea pasando ahora  por tu mente.

Muere a la expectativa de que cuando llegue algo que deseas serás feliz. El futuro es solo una idea pasando  ahora por tu mente.

Muere a la idea de que tu cuerpo es una estructura cerrada, que envejece y enferma. Tu enfermedad es producto del pasado y del miedo al futuro. El pasado y el futuro  es solo una idea ocurriendo ahora en tu mente.

Muere a la sensación de soledad. Es imposible estar solo en un universo interconectado. Tu soledad es solo una idea que viene de creerle a tus sentidos. Esa soledad es  solo una idea pasando ahora por tu mente.

Muere a la muerte y con ello a toda pérdida. La muerte no te está esperando en el futuro, la muerte te está ocurriendo ahora. Todo tu material se está intercambiando con el universo. La muerte  como final es solo una idea que pasa ahora por tu mente.

Muere a tu mente. Muere a tu exceso de pensamiento. Todos tus problemas no son más que pensamientos que pasan ahora por tu mente.  Tú eres el silencio pasando ahora por tu mente.

viernes, 25 de noviembre de 2011

EL ODIO

Nosotros no sabemos que todo está conectado en un nivel profundo en el universo. Tenemos un ego que nos hace ver como entidades separadas de los demás y en general de todo lo que vemos. No somos conscientes de la interdependencia de los fenómenos por dos razones: no nos han hablado de ellos nuestros mentores y nosotros personalmente, por la hipnosis del condicionamiento social, no solemos investigar qué es la vida y de qué estamos hablando cuando hablamos de vida. Odiar a una persona siempre es la voz de una herida interna. Nadie puede dañarnos si no estamos ya dañados por dentro. Y si alguien nos daña por primera vez, siempre es producto de su consciencia limitada. Cuando odiamos estamos vibrando en una frecuencia baja y nuestro campo magnético es muy vulnerable. Cuando odiamos solo nosotros nos hacemos daño. El odio jamás arregla nada. Odiar es contaminar toda la existencia, ya que no hayn barreras reales entre lo que llamamos "yo" y el resto del universo. Cuando odiamos estamos diciendo que en realidad odiamos a toda la vida, porque no hay separación real. El odio es el producto de la memoria. Pasamos una experiencia actual por el filtro de la memoria. Solo nuestro ego odia, nosotros no lo hacemos porque nosotros sabemos que no hay hostilidad en eso "de ahí fuera" que nuestro ego considera amenazante. El ego ve enemigos por todas partes.  El odio es un mensaje de nuestro ego cuya función es hacernos sentir permanentemente amenazados y asustados . El ego no desea que sepas que en todo ser humano solo existe bondad y amor. El ego desea que sientas hostilidad, miedo y decepción por lo que hacen los demás. Nosotros generamos nuestra experiencia sensorial, por lo tanto cuando odiamos, odiamos algo que nosotros mismos hemos elegido a un nivel subconsciente a través de la ley de atracción. Odiamos porque creemos que nuestra fuente nos ha abandonado, lo cual es imposible. Odiamos porque creemos que el Amor nos ha abandonado, lo cual es absurdo. El odio no es más que una construcción mental que hacemos cuando no comprendemos una experiencia sensorial, la pasamos por el filtro de la memoria y reaccionamos como en el pasado. Pero ahí fuera no hay más que datos sin interpretar. El odio es producto de una ilusión y toda ilusión cae siempre ante la sabiduría.

domingo, 20 de noviembre de 2011

NO TENGAS RELACIONES, SOLO RELACIÓNATE

Los árboles, las flores, los animales, las montañas, las estrellas no "tienen relaciones" solo tienen siempre encendida la cualidad de relacionarse con la existencia. Siempre están relacionándose con el todo en forma pacífica y armoniosa. No tienen ego, por lo tanto no "tienen" ninguna relación con la vida, con las cosas, con otros animales o plantas o minerales. Desprenden amigabilidad con el universo y esa  es la forma en la que se relacionan. Siempre tienen "encendida" su amigabilidad con el universo. Siquiera es una amistad con el universo, porque "una amistad" es ya un objeto, es ya algo cerrado, es algo muerto. La naturaleza hace todo bien, por lo tanto si imitas a la naturaleza, siempre estarás encaminado hacia ti mismo, hacia tu no dualidad, hacia tu florecimiento. La amigabilidad es algo distinto a una relación, a una amistad, a un romance cerrado. La amigabilidad es algo diferente a "poseer una relación". Es un perfume que desprendes y que toca todo lo que aparece en el hueco del Ahora. Cuando tienes una relación están encerrando al río en una jaula, tarde o temprano habrá dolor, tarde o temprano habrá demandas y críticas, vacío y apego. Porque no puedes encerrar al río en una caja. La vida es río y debe correr. Cuando decides que vas a dejar de "tener" relaciones y solo vas a "relacionarte" una cualidad diferente se desprende de tu ser. Ya no eres algo muerto que se relaciona con otros muertos. Expresas en el mundo externo  el río que en realidad eres. Y entonces tus relaciones ya no están sujetas a otros seres humanos y a sus humores y conflictos internos, tú sencillamente eres como una rosa que desprende su perfume haya o no testigos de ella. De ese modo ya no "tienes" nada y cuando no tienes nada, eres libre. Ya no eres un sustantivo, una cosa muerta, un objeto mental al que algunos aman y otros no. Ahora eres un verbo: amigando...vas por ahí amigándote a las plantas, a los otros humanos, a las cosas. Ya no tienes relaciones, sencillamente te relacionas con todo lo que entra en el hueco del ahora. Esto es tremendamente liberador y aquí se separa el hombre normal y corriente del hombre profundo. Aquí hay una línea divisoria entre los felices y los que dependen siempre del estímulo externo. Aquí hay una frontera entre lo mundano y efímero y lo sagrado y eterno. Tú debes elegir que clase de cualidad va a tener tu modo de relacionarte con la existencia. Si tienes relaciones, serás siempre algo muerto y necesitado del objeto de tu relacionarte del momento. Ese objeto, esa persona fallará tarde o temprano, te defraudará porque la has convertido en un objeto y todo objeto en la existencia tiende a morir. Es su sino, morir. Pero si eliges la amigabilidad con el universo, esa cualidad es tuya, es una fragancia que te pertenece, ya nadie puede quitártela. Las relaciones pueden quitártelas. La muerte un día se llevará todas tus relaciones. El ego se las llevará. Pero la cualidad de tu amigabilidad con la existencia, con el todo, nadie puede arrebatártela. No puedes perder lo que eres. Entonces si otro no te ama, tú no te  ves afectado. Porque ese otro ha dejado de ser un objeto que puede perderse. Recuerda que todo aquello que fragmentes en la existencia va a perderse en tu mar de ilusiones sobre la propiedad de la Vida. Creemos que poseemos fragmentos. Pero nada podemos poseer en la existencia única. Si solo eres perfume y no conviertes a nadie en un objeto, entonces el amor está garantizado en tu vida. Podrás relacionarte con las hojas caídas de los árboles cuando vas caminando, con los semáforos, con los perros de la calle, con la cajera del supermercado, con el chofer del taxi, con el ordenador, con la taza, con los niños de los parques,  con todo lo que está vivo....porque todo está vivo y es una trama única e interdependiente. Esta amigabilidad con toda esa trama está siempre contigo, solo debes elegirla. Ya nadie entonces te quitará el amor o te lo dará. El amor es una cualidad, no un objeto que otros te dan o te quitan. Deja de tener relaciones y solo sé un verbo: amigando, amigando con toda la existencia.

domingo, 13 de noviembre de 2011

COMPRENDER LA DEVASTACIÓN

Acabo de llegar de un hospital dónde un ser querido ha sufrido un terrible accidente.

En la vida de toda persona no todo es crecimiento y expansión, beneficios y ganancias. Muchas personas se enfrentran a períodos de devastación en que todas sus estructuras caen. Se rompe una relación importante, pierdes el trabajo, la casa, muere un ser cercano, o tú mismo vives un accidente, una enfermedad seria, cualquier cambio en la estructura de tu vida. Te sientes devastado emocionalmente y físicamente. Todo eso es cierto: la enfermedad, la pérdida, la devastación, incluso ver tan de cerca la muerte. Todo eso es importante. Y debes vivirlo y debes aceptarlo. Eso está pasando. Sin embargo todo eso tan escalofriante que está pasando es solo una verdad relativa y solo tiene una importancia relativa. Hay algo esencial en esa experiencia devastadora y ese algo esencial es tu verdadera identidad: el Ser más allá de la forma efímera que expresas en el mundo físico. Debes saber que si pierdes todos tus bienes, el Ser sigue siendo tú. Que si pierdes la salud y padeces de un terrible dolor físico, el Ser sigue siendo tú. Que si pierdes todas tus relaciones, el Ser que eres sigue siendo. ¿Como haces que el Ser entre ahora en la devastación que estás viviendo?. Como logras sentirte mejor si quizás estás tullido, abandonado por tu pareja, sin casa ni recursos, quizás a muerto un hijo, un padre, tu mujer, quizás has perdido un miembro o tu capacidad motora. Cómo logras sentirte mejor en medio de semejante infierno. No negando el dolor. Acepta que eso que está pasando tiene una perfección que la mente no entiende. No niegues el dolor. Solo abarca el dolor completamente. Completamente sumérgete en la pérdida, en el dolor físico, en el dolor emocional. Quizás estés privado de libertad. Sumérgete totalmente en la sensación de falta de libertad. Y verás que debajo de todo ese maremoto de dolor hay una verdad, tú no eres eso. Solo te está pasando eso ahora para aprender algo. Pero eres mucho más que tu efímero yo personal. Eres una inteligencia profunda que entiende porqué ahora la superficie se muestra tan erosionada. Cuando aceptas lo que es con total rendición, con total aceptación un poder inmenso puede ayudarte. El poder de la Vida misma que está oculto en la devastación. Si le dices sí a la devastación, ese sí interior trae un poder a este mundo que no es de este mundo. Si descubres que eres el Ser debajo de cualquier experiencia, por terrible que sea, puedes dejar de aprender a través del sufrimiento y entonces el sufrimiento se convierte en un entrenador, en un alfarero de tu mundo. Ves la luz debajo de los escombros. Todas las formas un día te abandonarán o serán devastadas. No es obra y gracia de un maligno creador. Es el poder de Vida del Universo. Al lado del gozo del Ser, todas las emociones efímeras del mundo y sus interminables conflictos se vuelven pequeñas. Porque esas emociones son esclavas. Esclavas de que el mundo siempre funcione como esperamos. Y el mundo que vemos puede devastarse en cualquier momento. Pero tú eres la consciencia debajo de esa explosión de tu mundo. Debajo de toda devastación hay un diamante oculto. Solo la forma ha sido devastada, tú sigues siendo. No hay humano que no venga a aprender esta lección.

sábado, 12 de noviembre de 2011

LA SUPERFICIE Y LA PROFUNDIDAD

LA SUPERFICIE Y LA PROFUNDIDAD
Las cosas que tienes que hacer, las personas que ves en la calle y con las que mantienes relaciones, tus innumerables conflictos sobre la gestión de tus asuntos, la sensación de apremio por la falta de tiempo, la sensación de carencia de recursos, de amor, de reconocimiento, en fin, todo lo que te mantiene en vilo, alerta y preocupado o incluso entusiasmado, contento y alegre es el contenido de algo que llamas “mi vida”. Habrás notado que ese contenido varía continuamente y aunque hay temporadas en las que parece que “por fin todo va bien”, luego viene una etapa en la que “todo va mal”, hasta que otra vez entras en otra racha de “todo va por fin bien”. La vida de toda persona es una fluctuación constante entre estas dos ideas que nuestra mente construye ilusoriamente sobre lo que es la realidad: lo que va bien y lo que va mal. La vida de casi toda persona en la superficie es una lucha continua, cansada y casi extenuante por huir de lo que va mal y hallar, de una buena vez, lo que va bien.
Si has vivido los suficientes años podrás concluir que esa tensión continua entre el bien y el mal en tu vida te deja absolutamente cansado y falto de energía. Eso no ocurre porque realmente entres en una racha de bonanza y luego en otra de penuria, sino porque vives en la superficie. Mientras una persona viva en la superficie de la Vida, en la superficie de la experiencia, tienes garantizada esa tensión bien-mal que tanto cansa a los humanos y tanta devastación nos trae como civilización. En la superficie de la Vida siempre, siempre y sin excepción hallarás contrastes y sufrimiento. Por mucho que luches para que la superficie siempre esté hermosa y “tu vida” vaya bien, no lo conseguirás. Luego de períodos de construcción y expansión, vendrán necesariamente períodos de destrucción y devastación. Una relación que acaba, un proyecto que no sale, una muerte cercana siempre dan paso a una relación que se inicia, a un proyecto que comienza, a una vida que nace. Lo que llamas cambios y pérdidas no son más que el combustible que usa el universo para crear y recrear esas formas que disfrutas y llamas "mi vida". Lo que llamas: “ahora las cosas van mal” en oposición a “ahora las cosas van bien”.
Solo hay una solución. Solo hay un camino: dejar de vivir en la superficie. Porque nunca lograrás reordenar la superficie. En la superficie siempre habrá caos, ya que se trata del contenido de tu vida: problemas intercambiables.
Ir más abajo en el conocimiento de ti mismo como el Ser que tiene una experiencia Humana.
Cuando logras profundizar en tu esencia, cuando abandonas la superficie, todo lo que pasa en la superficie de tu vida: los cambios en las relaciones, en el mundo profesional, en el mundo de los recursos económicos, en la salud, en tu proyección en el mundo, sí que son importantes. Todas esas cuestiones son importantes, pero no ya con una radical importancia. Pero no ya con una absoluta importancia, sino que tienen una importancia relativa. Cuando abandonas la superficie de la experiencia comienzas a vivir desde la amistad con el universo y no desde la separación y los“detalles” de tu vida, el contenido intercambiable de tu vida, ya no  tienen una relevancia tan arrebatadora como antes. Estás comenzando a vivir con profundidad. Desde este estado de tu mente, perder el trabajo tiene una importancia relativa si gozas de salud y buenas amistades. Desde esta cota más profunda de ti mismo, los detalles del mundo, de tu mundo ya no te hacen perder una asentada alegría. Una alegría que ya eres en esencia. Entonces sí, en la superficie de “tu vida” hay cambios, hay pérdidas, hay devastación, hay hechos incomprensibles para tu mente, pero los dejas ser sin darles un valor que no tienen. Te sientes más cómodo en la profundidad, dónde todos esos cambios y detalles están sostenidos ahora por una paz de fondo. Esa paz de fondo se vuelve una prioridad para ti. Esa paz de fondo ya no es algo que llega cuando “las cosas van bien”, está incluso cuando las cosas “van mal”. Entonces estás triste, pero en paz. Entonces estás enfadado con tu jefe, pero en paz. Entonces te sientes despreciado por tu pareja, pero en paz. Entonces te sientes temeroso de no tener recursos, pero en paz. Cansado, harto, eufórico, pesimista, optimista, pero en paz. Esa paz de fondo te vuelve lujoso en el vivir, suntuoso en el estar, celebrante, de una calidad severamente más alta como Criatura Humana que agitar los brazos y el alma cada vez que en la superficie surquen olas…y es, paradójicamente cuando la Vida comienza a ayudarte de un modo no previsto. Te has amigado a la profundidad, nadas en aguas quietas y eso la superficie de tu vida, lo nota.

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