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viernes, 25 de septiembre de 2009

ELEGIR LA PAZ O NO ELEGIRLA

Elegir la paz en todo momento es la única manera sensata de vivir. Es algo totalmente alcanzable, posible y manifiesto de forma perdurable. Es tomar la decisión de no involucrarse en las fantochadas del ego en cada momento del día y es tomar la decisión de que la Vida será siempre primaria a la “circunstancias de vida” que son secundarias. Esto son decisiones que hay que tomar, no son cosas “que le pasan a unos y a otros no”. Ante cualquier circunstancia: alteraciones en el trabajo, en las relaciones, con el dinero, con la enfermedad sólo puedes tomar dos decisiones: o estás en paz o no lo estás. No hay más opciones, sólo hay dos. En el medio hay muchos matices: se puede estar “muy indignado, irritado, colérico, molesto, impaciente, harto, hasta los mismísimos” o se puede estar poco o moderadamente “indignado, irritado, colérico, molesto, impaciente, hasta los mismísimos”. Pero básicamente o se está en paz con lo que te esté pasando en la superficie de la vida o no se está en paz. Tu espacio interior es el único que puedes editar y trasnformar. Porque sólo existe tu espacio interior para hacerte responsable del mismo. Cuando vives en dos dimensiones: con un pie en el Ser imperturbable, la Vida y con el otro pie en la superficie de las formas, en la superficie de la vida dónde todo es pérdida y ganancia, has alcanzado la maestría en el vivir. “Estás en el mundo pero no eres de él”. Por primera vez comprendo esas sabias palabras. Viviendo en esas dos dimensiones, impregnas de Vida,( la profundidad que no cambia ) la superficie de la vida, (la parte cambiante) y entonces experimentas una gracia en el vivir en el que ya no hay lugar para el berrinche crónico hacia los otros, ya sean relaciones que llamas “cercanas”a berrinches contra políticos y autoridades. Sencillamente comprendes, porque te vuelves un pelín más inteligente, que el berrinche crónico en que vive la mayoría de la gente, no transforma nada. ¡Nada en absoluto! No es la queja lo mismo que llevar consciencia o luz sobre la ignorancia. Son cosas muy distintas. El berrinche no cambia nada y acentúa lo negativo, la mediocridad y una vida pequeña porque viene de un yo pequeño y permanentemente enfadado e insatisfecho. La consciencia, estar en paz pase lo que pase, SI transforma la superficie de la vida. Si logras pasar por el día totalmente sorprendido por el color, la textura, el viento, el agua, los otros seres sin estar siempre indignado con alguien, con algo, ofuscado o ansioso es que estás en condiciones de ser un gran vividor. No un vividor pequeño siempre preocupado por la renta del uso del mundo, ni ansioso por si los otros te valoran “como te mereces”.¿Qué otros? Todo es la misma cosa, la misma vida y poner un pie en la profundidad y otro en la superficie es como vive la gente feliz, esa felicidad real, perdurable. Desde allí entonces lo ordinario es ya de por sí extraordinario y no pasas por el día esperando que pase “algo importante” ¡ya está pasando!La maravilla ya no te pasa desapercibida. La observas en todo. Se acaba el berrinche crónico, y si deseas hacer una “gran obra” comprendes que se construye de pasitos muy pequeños, muy ordinarios en los que hay que estar muy en paz con el momento.

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