He creado esta conversación hipotética entre dos personas, una despertando y otra ya despierta ya que son muchas las preguntas que nos hacemos en esta época en la que a todo el mundo le encanta hablar de la crisis, con un placer casi extático y sensual.
Cómo es el momento en que te liberas?
En mi caso en particular, llevo muchos años de proceso de auto-conocimiento, pero sinceramente todos esos años he tenido muy pocas vislumbres de la paz. Sencillamente aprendí muchas cosas sobre el funcionamiento de la mente, pero yo no estaba en paz. Hace poco lo experimenté. Decidí dejar de tener una historia personal. Me cansé de mí misma. Del concepto “mí misma con su historia personal”. Hace unos meses, porque el cambio lo experimenté hace unos meses, decidí que ya no habría Cris y su historia.
Pero eso significa que ya no tienes vida, o relaciones personales o un trabajo?
No significa que esté en casa sin hacer nada ni que no vea gente. Al contrario, un día vi que iba al estudio a pintar mis cuadros sin importarme si los iba a vender o no, o si los iba a exponer o no y que mis relaciones mejoraron, la gente me sonríe por la calle incluso. Tampoco llegó a importarme si los pintaba o no. Noté que sólo deseaba ser instrumento de una inteligencia más grande que la mía, que la que tengo intelectualmente. Noté que esa inteligencia limitada, me había traído muchas gratificaciones, pero también mucho dolor. Hace unos días noté que cuando estaba pintando un cuadro, yo no estaba allí. Estaba ausente como un personaje con una historia personal, con sus conflictos en las relaciones y con el dinero. Noté que cuando pinto o escribo, desaparezco. Y eso me hizo recordad un film que es mi favorito: Billy Elliot. Cuando el tribunal de danza le pregunta qué siente cuando baila, él responde: “es como si desapareciera”. Esa es la cumbre de lo que puedas aprender en esta vida: desaparecer como un sujeto siempre conflictuado con su historia personal.
Pero todos tenemos “una historia personal, una familia, unos problemas y unas responsabilidales”. Qué hacer con eso, la gente no entiende si dices que te desentiendes de todo eso que se supone es “la vida”.
Para mí eso ha dejado de ser la Vida, eso es sencillamente los diferentes papeles que he ocupado durante toda mi vida: la mujer herida por un hombre, la artista preocupada por el dinero, la madre no realizada o sí realizada, la vecina, la esposa, la cuñada, la hija. Ya no me identifico con ninguno de esos roles y he notado que mis relaciones con todas esas personas que componen la otra parte del rol, ha mejorado. La Vida no es tu historia personal y tus permanentes angustias. Tú eres la Vida y la Vida está más profundamente arraigada a tu historia y sus personajes. Cuando logras ver la Vida debajo de tu historia y la Vida debajo de las historias de todas las personas, haces una gran transformación en la sociedad. Antes de eso, puede que transformes algo, pero a través del miedo, lo cual no tiene poder.
Y entonces las metas externas, el éxito, la fama, las ansias de hacer algo grande dónde quedan?
Ninguna empresa grande se hace pasos grandes, sino ínfimos, pequeños. Se trata de ver la grandeza en el sólo hecho de estar vivo, de observar la magnificencia de cosas que la mente considera pequeñas: la gente en las calles, los colores, las formas, el movimiento. Todo eso es grandeza, pero la mente considera que sólo estarás haciendo algo grande cuando tengas una historia personal que salga en más de mil páginas en google. Sin embargo tienes derecho a esa grandeza, es tu derecho manifestarte de manera que sobrepase los límites de la supervivencia. Sólo que esta grandeza es sólo real cuando logres emocionarte con lo que esté pasando en el momento, con todas su formas de vida y entonces las acciones que vengan de esa plenitud, serán correctas. Harás todo de un modo que al resto del mundo le sorprenderá por tu falta de estrés, pero tú sencillamente estás tranquilo. No te dejas subyugar por tu historia personal. Entonces sentirás que es más importante ayudar a otros a alcanzar la paz que estar todo el santo día dándole vueltas a tu drama personal, con sus maridos, hijos, empleados, cuñadas, suegras, jefes, etc…o la agustia de no tener todo eso, si estás sin pareja, o desempleado.
¿Pero si hablas de plenitud en esta época de crisis, la gente pensará que estás loco?
La locura es esta tremenda separación de la vida y la abundancia que todos hemos acordado ejercer. Por supuesto yo escucho a todas las personas cuando me cuentan su historia personal con sus crisis y yo las tengo también, pero siento que ya no ayudo si apoyo la posición de víctima que le encanta al ego de todos nosotros. A veces sólo escucho y luego sonrío y doy un abrazo. Siento que no tengo nada que comentar sobre esa historia, porque sé que pasará. Pero si yo estoy en paz, esa persona lo notará y entonces sí le estoy ayudando, en lugar de decirle: “sí, tu jefe es un cabrón, deberíamos matarle” que es lo mismo que decir “pasa de él”. Por supuesto cuando te desligas de tu historia personal, la gente que está tan subyugada por la propia siente un rechazo hacia ti. Siente que no entiendes sus problemas, que eres indiferente, que no la estás amando. Pero lo cierto es que siento que antes no amaba y ahora sí.
Pero sólo podemos hacernos responsables de nuestra paz interna. No puedes llevar paz a otros si tú no estás en paz. Hace poco me puse a estudiar la naturaleza holográfica del universo. Estudié profundamente, con muchos libros, más de 150. Luego pensé que me volvería loca con tanta información o que me haría mal leer tanto, ya que no tengo problemas en la vista y que la gente dejaría de amarme si me volvía muy inteligente. Pero sí aprendí algo: el universo es un holograma a todo nivel, eso significa que tu cambio interno afecta a una proporción de 1 a 100 la sociedad. Un momento tuyo de paz interna, de absoluta calma y aceptación con lo que te esté pasando afecta a 100 personas aunque tú no lo veas. Tu campo energético (eres un campo energético, no es que lo tengas) puede modificar a 100 personas cercanas o no. Puedes alterar la consciencia de alguien que está a miles de kilómetros, si piensas en esa persona cuando estás en calma. La calma es radical. Sólo eres tú mismo cuando estás en calma.
Ahora intento que esa calma afecte mis cuadros para que los espacios arquitectónicos que los reciban, tengan esa energía. Busco que los espectadores de mis obras, alcancen un poquito de calma si miran la obra y que la obra en sí misma modifique el entorno que la recibe. Pero eso sólo puede ocurrir si yo estoy tranquila cuando pinto. He comenzado a entender que es mi responsabilidad pintar en calma. Pero es verdad que parte de esa calma es despreocuparme si los venderé o no. He notado que las obras pintadas en mi estudio de Argentina, en perfecta comunión con la naturaleza de allí, se han vendido inmediatamente al llegar a Madrid, pese a ir doblados en la maleta. Obras grandes. Digamos que en síntesis: todo es relativo, reírse de uno mismo es muy poderoso, de hecho el acto más inteligente que puedes hacer en esta vida es reírte de ti mismo y de tu historia, como cuando vas al teatro y te mueres de risa por todas las vicisitudes que le están pasando al actor. Pues, eso es desligarte de tu historia personal: te ríes de ti y de tus dramas. A la media hora experimentarás otro patrón de realidad, o la realidad que estés experimentando ya no te parecerá hostil. Enviar amor al mundo, luego de salirte de tu drama, es muy poderoso también. Mientras vas por la calle, te pones a radiar amor en lugar de pensar “Pepito debería haberme llamado ya” o le radias amor a Pepito. Yo elijo cada día un sector de la población que lo tenga chungo, personas con tretra-plegía o personas muy desprovistas. Verás que pensar en esas personas en lugar de “los del banco me quieren embaucar una vez más”, unos cinco minutos al día, te libera de tu historia personal. Hace poco visité mi país natal y escuché atentamente los comentarios de la gente y de mi algunos miembros de mi familia especialmente. En todos había una pauta común: nadie quería hacerse responsable de su entendimiento de la vida, sobre todo en lo que respecta al diálogo interno con el dinero. Toda la conversación versaba sobre como “los otros son unos cabrones que no me dan el dinero que yo necesito”. Conozco gente que todo su paso por la vida es así y será así: “los otros no me dan el puto dinero que yo necesito”. Toda su vida, todo su pensamiento está entintando de este conflicto con la subsistencia. Personas muy cercanas a mí viven de ese modo. Son personas sumamente inteligentes y me llama poderosamente la atención que no puedan elevar la mirada para buscar una comprensión más “real” sobre su relación con el dinero que no sea la limitada visión de “los políticos de este país son unos corruptos, todo es una mierda, es decir: los otros son unos cabrones que no me dan el dinero, y yo tengo una familia, y yo tengo muchas responsabilidades”. No comprendo que pasa en esas mentes que intelectualmente luego son bastantes destacables, como para no al menos sospechar que quizás, su estado mental es el que atrae esas circunstancias. Yo no soy demasiado inteligente, pero cuando hace unos años alguien me dijo que toda mi vida era resultado de mi mente, me pareció lleno de sentido ese concepto. No tuve que elaborarlo mucho, lo pillé enseguida. Pero me he preguntado muchas veces, cómo personas mucho más inteligentes que yo no pueden siquiera aceptar levemente que los que les ocurre en la vida, incluida su relación con el dinero, depende de ellos. Necesitan a alguien “algún cabrón externo las 24 hs del día a quien culpar”. ¿Qué está pasándole a esa mente? Sencillamente no desea eliminar el condicionamiento. Se volvió adicta al condicionamiento de la sociedad, de lo que la sociedad llama “realidad”. Y como no desea abandonarlo, no hará ninguna acción para aprender a vivir de otro modo. No tomará ninguna acción nueva que contraste con el condicionamiento extremo de la sociedad. Sólo desea decir “es que tú no entiendes porque vives en Europa, pero estos cabrones quieren llevarse mi dinero y morirá diciendo eso, en su tumba dirá “ El cabrón de mi socio quiso llevarse mi dinero”. Esa persona será nada en ese momento, polvo apenas, pero en su tumba dirá: “todo lo que he aprendido en la vida es que el cabrón de mi socio quiere llevarme mi dinero” Pero aquí en Europa la gente me dice lo mismo: “es que tú no me entiendes, ese cabrón que es mi jefe, quiere llevarse mi dinero y mira la crisis que hay, ES una realidad” . La gente exuda serotonina al granel cuando dice “la crisis es una realidad”, se le nota el placer en la cara, lo dicen con una tremenda gallardía, porque al ego le encanta que tú no tengas que hacerte cargo de tu relación interna con el dinero. El ego no quiere que tú, consciencia en abundancia, quien eres de verdad, conozcas tu verdadera plenitud. Si se pudiese monitorizar el cerebro de una persona cuando tiene un orgasmo y el cerebro de otra cuando dice “la crisis es una realidad y yo estoy en paro por culpa de esos putos cabrones” veríamos que las zonas que se encienden del cerebro con respecto al centro del placer son las mismas. En ambos cerebros está actuando una fuerte reacción química que produce placer. En el primer caso: el orgasmo, la persona es consciente de su fuente de placer. En el segundo caso, la persona que no se hace responsable de su situación de carencia, no es consciente. Pero el placer del condicionamiento, del ego aireado y enfadado con “esos putos cabrones” no es duradero y no es un placer que podamos llamarle felicidad. Es sólo una reacción del ego ciego. Una frase que me encanta es: “ No se puede solucionar nada en el mismo nivel de consciencia que creó el problema”. He comprendido que nada se puede hacer si alguien no desea ver la vida con otro enfoque. Sólo respetar esa posición, esa limitada percepción de la Vida le pertenece a esa persona. Tú sólo puedes estar en paz y confiar en la abundancia.
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